La fuerza laboral cada vez más envejecida del mundo ofrece a las organizaciones grandes riquezas en forma de experiencia, conocimientos e inteligencia general en el lugar de trabajo. También presenta algunos desafíos serios a raíz de un mayor riesgo de lesiones musculoesqueléticas, crecientes problemas de salud mental y una capacidad reducida para realizar trabajos físicamente exigentes.
Se ha documentado ampliamente que el aumento de la resiliencia física y el bienestar es la clave para proteger a este grupo contra las lesiones musculoesqueléticas. Los enfoques típicos se han centrado en aumentar la aptitud cardiovascular, la fuerza y la flexibilidad; los cuales son todos efectivos, si se ejecutan exitosamente. Sin embargo, la capacidad de participar en dichos programas depende de si un individuo es físicamente capaz de participar en estos programas.
Los malos patrones de movimiento son como construir una casa sobre cimientos inestables; en algún momento comenzará a desmoronarse. Al igual que una puntuación de CI para la inteligencia, o una puntuación de EQ para la capacidad de utilizar respuestas emocionales a su favor, su MQ, o inteligencia de movimiento, proporciona una idea de la calidad de sus patrones de movimiento funcionales centrales. Optimizar su inteligencia de movimiento puede aumentar la vida útil de su cuerpo, aumentar la capacidad de trabajo y permitir la participación en programas de bienestar físico.
Este taller interactivo compartirá e interpretará los datos de más de 10.000 personas de organizaciones en Australia y Nueva Zelanda; en un esfuerzo por brindar una perspectiva diferente sobre los pasos necesarios para generar bienestar físico y preparar el futuro para una fuerza laboral que envejece.